Sobre una columna de Gabriel Berczely en El Líbero

Antes de escribir una columna en un periódico, por lo menos se deberían dar razones de peso y no apelar meramente a la emocionalidad.

Me parece sumamente irresponsable la columna de Gabriel Berczely en la que da argumentos en favor del "apruebo" de una nueva constitución para Chile, entre esas razones está que "no es importante" que el modelo funcione, ni tampoco es importante que mantenerlo sea racional, apelando a que los "sentimientos" son más importantes que la razón para modificar nuestra carta magna. Es un argumento repetido que este modelo nos ha traído el mejor crecimiento de Chile en su historia, pero aunque repetido sigue siendo igual de válido. Lo mismo que cuando la izquierda se cansa de escuchar "Chilezuela" como si dar el ejemplo una y otra vez se fuera a gastar. La arrogancia es peligrosa.

El mismo autor reconoce que su argumento es más emocional que racional, ¿se puede cambiar una constitución porque me siento bien o mal?. Quizás Gabriel debería leer un poco de autores estóicos como Marco Aurelio, Epicteto o Séneca.

También se sube al bus de los "no son 30 pesos.." donde de nuevo, fueron nuestros mejores 30 años, y menciona temas pendientes a mejorar que no se encuentran en la constitución como él mismo reconoce luego con: "Menos aún sirve argumentar que el proceso constituyente no resolverá ninguna de las demandas y frustraciones de la sociedad, dado que estas se resuelven con políticas y leyes adecuadas, para lo cual no se requiere un cambio constitucional." Y de nuevo su argumento emocional por sobre la racionalidad.

Me parece cobarde además su columna (no sé si él personalmente lo sea, no lo conozco en persona) porque según él (resumiendo su columna en una frase) hay que tener miedo de la reacción de la izquierda en caso de que gane el rechazo. ¿Qué clase de argumento es ese? ¿Qué legitimidad podría tener una constitución basada en el miedo a la violencia de un sector antidemocrático?

Por último dice que los riesgos asociados al "apruebo" se pueden mitigar con la opción mixta dejando parte de la resposabilidad en el parlamento. Como ignorando que hay gente en ese parlamento que siendo mayoría no quiere ni legislar proyectos de ley que podrían hacer avanzar al país, porque prefieren que el país se derrumbe antes que dejar al gobieno de Piñera hacer algo, gente que no considera fundamentales ciertos derechos como la propiedad privada, la libre expresión, o algo imprescindible para nuestro crecimiento: la independencia del Banco Central. Por algo lo de la hoja en blanco.

Por último, el autor de la columna prefiere no mencionar mucho la otra opción, la de la convención constituyente, por lo menos sabe que no se puede esperar allí que existan opiniones divergentes por ese mismo miedo que lo hace redactar su columna.

Dice que votar por el "rechazo" tiene su dejo de infantilismo, pero toda su columna se basa en dejar de lado lo racional y sólo ver lo emocional. ¿Qué tipo de madurez es esa?.